Estimados amigos, se han detenido a pensar alguna vez ¿por qué los ciudadanos de algunos países – si lo medimos por ingreso per cápita – somos pobres, versus los de otros países, que son ricos? Lo que es todavía más inquietante, en muchos de los países en los que los ciudadanos somos pobres, el país cuenta con mucha más riqueza en recursos naturales, luminosidad, ubicación y, en resumidas cuentas, en todo, que en esos países donde los ciudadanos son más ricos; la respuesta que se obtiene generalmente es que es un problema cultural ¡y ya!
O sea, somos pobres porque nuestra cultura nos condena a seguirlo siendo ¡y punto! Pero como ustedes son mucho más inteligentes que la mayoría que se conforma con esa explicación, o mejor dicho, sentencia, los invito a que recapacitemos un poco, porque la solución para salir de esa condición está en nosotros mismos. ¡Sí! En nosotros mismos, porque nuestra pobreza no es culpa ni de los gringos, ni de los políticos, ni de la clase pudiente explotadora. ¿Entonces? ¡Es un problema de gerencia!
Sí, así como lo oyen, en los países “ricos” los ciudadanos se han gerenciado muchísimo mejor y, aunque parezca una explicación Darwiniana, es porque solo subsistieron aquellos que se supieron gerenciar, los demás se extinguieron. En todos esos países los habitantes de esas latitudes están sujetos a programarse muy eficientemente al ritmo de las estaciones y los que no lo hicieron, o dicho de otra forma, no se adaptaron, pues desaparecieron. Como explicó Darwin, las especies que no son capaces de adaptarse a los cambios y características de su entorno, se extinguen.
¿Y si los malos gerentes en esos países se extinguieron, por qué nosotros que somos malos gerentes, no nos hemos extinguido? Pues porque somos unos merecidos. Así es, somos como esos hijos mimados que nacen con derechos, pero sin obligaciones y que solo por el hecho de existir ya tienen garantizado todo. Y es precisamente por lo infinitamente rico que es nuestro entorno. Lo tenemos todo, sin tenernos que esforzar, entonces da lo mismo hoy, que mañana o pasado. Por esos somos tremendamente incumplidos, no planeamos y la indisciplina para todo es nuestra pauta de comportamiento, y sí, eso se vuelve costumbre y se convierte en una característica cultural, para darle gusto a aquellos que le echan la culpa de todos nuestros males a la cultura.
Entonces me pregunto, ¿qué pasaría si nos empezamos a gerenciar mejor? Pues la “sacamos del estadio”. Para ser un poco más claro voy a utilizar la definición clásica de Peter Druker para la administración, que es lo mismo que gerenciar una empresa y nosotros somos la empresa más importante para cada uno, que dice más o menos así: gerenciar es el proceso mediante el cual se planean, organizan, ejecutan y controlan recursos escasos para maximizar las utilidades en el largo plazo. ¿Y hacemos esto con nuestras vidas, con nuestros negocios, etc.?
Ahí les dejo la inquietud. Si les gustó el tema que les dejo planteado, por favor escriban sus opiniones a favor, en contra o todo lo contrario, en una próxima ocasión podremos profundizar más al respecto.
Jorge Rodríguez