Niveles de desempleo en torno al 20% no teníamos en Colombia desde hace varios lustros y, al margen de toda la información que este indicador nos transmite respecto a la salud de nuestra economía, es previsible, por correlaciones que también se vieron en el pasado; que nos muestre, no un diagnóstico económico adicional, sino que nos sirva para identificar una tendencia: Es altamente probable que los índices de inseguridad se incrementen, siguiendo la suerte de la mencionada tasa de desempleo.
Es evidente que la tasa de desempleo impacta directamente en los niveles de pobreza y en esta situación tan atípica a raíz del covid19, se ha generado, además de una escalada sin precedentes por su impacto y su celeridad en la pobreza, el caldo de cultivo propicio para que se disparen varios delitos.
Sería ideal que actuáramos sobre el desemplo y por ende sobre los indicadores que puedan mejorar la pobreza, pero dado que nuestra capacidad de reacción es mínima individualmente considerados cada uno de nosotros, debemos actuar desde la prevención respecto a la comisión de delitos.
¿Cómo lograrlo?
Este es un trabajo conjunto entre los ciudadanos de bien, las fuerzas del orden y por qué no, el sector privado que brinda servicios de seguridad. Estar alertas, ser solidarios con nuestros vecinos y conciudadanos, no propiciar las oportunidades que terceros malintencionados aprovechan, son algunos elementos comunes que contribuyen a que las fuerzas del orden y las empresas de seguridad privada puedan prestar de manera óptima sus servicios.
Dada la virtualización de muchas actividades y la acelerada digitalización a la que nos expuso la pandemia en 2020, los escenarios no varían para la seguridad cibernética y las recomendaciones a la seguridad física son extrapolables a la del ciberespacio.
Como lo sugiere el autor Nassim Taleb cuando se refiere a la idea de estoicos modernos, podemos usar estas expresiones para referirnos a lo que esta pandemia nos generará en términos de seguridad: debemos “transformar el miedo en prudencia”, “el dolor en información”, “el error en iniciación” y “el deseo en acción”.
Si todos actuamos con prudencia, sin miedo, nos informamos, procuramos no cometer errores (y si los cometemos aprender de ellos) y actuamos, posiblemente disminuyamos nuestra exposición.
Julián Cárdenas Correa
@mbagestionderiesgosyseguros